Liderazgo en la Iglesia
Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón, debemos cumplir las responsabilidades que esto implica. Al hablar de recibir a Jesús, me refiero a creer verdaderamente en Él y reconocer el sacrificio que hizo en la cruz como nuestro medio de justificación delante de Dios. De esta manera, nos convertimos en hijos del Creador de los cielos y la tierra, lo cual nos otorga responsabilidades tanto hacia Dios como hacia el mundo.
¿Por qué hacemos Iglesia?
Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20).
Estamos llamados a enseñar y obedecer los mandamientos de Dios, los cuales son las cláusulas específicas de nuestro contrato con Él. Siguiendo el ejemplo de Jesús en la tierra, los cristianos debemos caminar de acuerdo con estos preceptos.
Todo cristiano debe reconocer que la salud espiritual de una persona está en proporción directa a su amor por Dios. Sin embargo, el amor del hombre hacia Dios, por su propia naturaleza, debe ser siempre, o casi siempre, amor-necesidad
C.S. Lewis en su obra Los cuatro amores.
Hacemos Iglesia porque es la idea de Cristo. Como discípulos suyos, decidimos ser Iglesia porque forma parte de nuestro ADN. Hacer Iglesia no se limita a un evento semanal, sino que implica servir, dar y amar al prójimo en cualquier lugar donde nos encontremos.
¿Por qué somos líderes en la Iglesia?
El apóstol Pablo escribió en 1° Timoteo 3:1-5 sobre los requisitos para liderar en la Iglesia:
“Si alguien desea dirigir una iglesia, realmente desea un buen trabajo. Pero debe ser alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo. Debe tener una sola esposa, controlar todos sus deseos y pensar dos veces antes de actuar. Debe comportarse correctamente, recibir con gusto a los visitantes en su hogar y saber enseñar. No debe ser borracho, ni violento, ni buscar pelea. Por el contrario, debe ser amable y tranquilo, y no estar preocupado solo por el dinero. Además, debe gobernar bien a su propia familia y educar a sus hijos para que sean obedientes y respetuosos. Porque si no puede gobernar a su propia familia, tampoco podrá gobernar a la iglesia de Dios”.
Cuando decidimos formar parte de la Iglesia, también aceptamos la responsabilidad que esto conlleva. Como líderes, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Congruencia: Nuestras actitudes tienen un mayor impacto que nuestras palabras. La gente nos ve y valora nuestra coherencia.
- Responsabilidad: Tomamos la decisión de asumir esta posición, por lo tanto, debemos ser responsables.
- Humildad: No debemos exaltarnos más de lo necesario, ya que estamos llamados a servir.
- Comunicación: Es esencial poder transmitir nuestras ideas al equipo y mantener una visión clara. Si tenemos un propósito bien definido, la pasión se reflejará en repetidas ocasiones.
- Compromiso: Aceptamos este compromiso y, como líderes, debemos cumplir con nuestras responsabilidades. Si no podemos cumplir nuestros compromisos, es mejor que nos apartemos.
- Ejemplo: Nuestro ejemplo puede ser inspirador para otros.
La realidad es que muchas veces creemos que ser iglesia es demasiado complicado o que nosotros no podríamos con eso, pero llevo trabajando más de 5 años en hacer Iglesia y aunque no siempre es lo más divertido, se que Dios tenia un propósito cuando soñó con la Iglesia y es un privilegio poder ser parte de ella.
Con cariño,
Mar
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