La autoridad e inerrancia de la Biblia

¿Cómo sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios?
¿Hay errores en la Biblia?
¿Qué nos enseña la Biblia respecto a sí misma?

  1. La autoridad de la Biblia
  2. La claridad de la Biblia
  3. La necesidad de la Biblia
  4. La suficiencia de la Biblia

La autoridad de la Biblia se refiere a que todas las palabr

as de la Biblia son palabras de Dios, de tal manera que no creer o desobedecer alguna de ellas equivale a no creer o desobedecer a Dios.

A. Todas las palabras de la Biblia son palabras de Dios.

Con frecuencia, la Biblia afirma que todas las palabras de la Escritura son palabras de Dios. Por ejemplo, “Así dice el Señor” alude a lo que se decía en edictos públicos formales, similar a “así dice el rey” utilizado antiguamente para encabezar el edicto de un rey o soberano a sus súbditos. Esto no podía ser cuestionado ni tener duda, sino que debía obedecerse.

Cuando un profeta hablaba en nombre de Dios de esta manera, era porque sus palabras procedían de Dios. De lo contrario, sería considerado un falso profeta (Nm 22:38, Jer 1:9, Dt. 18:18-20). Dios hablaba a través del profeta.

Cuando notamos y comprendemos que todas las palabras de la “Ley de Dios” o del “libro del pacto” se consideraban Palabra de Dios, vemos que el Antiguo Testamento afirmaba esta autoridad (Ex 24:7, Dt 29:21, 1 Samuel 10:25).

En el Nuevo Testamento también se afirma que el Antiguo Testamento se consideraba Palabra de Dios. Por ejemplo, en 2 Timoteo 3:16 se menciona que la palabra “Escritura” aquí se refiere al Antiguo Testamento, como se indica en el verso 15.

La Biblia está divinamente inspirada, lo cual significa que fue soplada por Dios a través del Espíritu Santo. En 2 Pedro 1:21 se dice: “porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (Mt. 19:5, Lc 1:70, 1 Cor 9:8, etc.).

En 2 Pedro 3:15-16 se observa que también se llama “Escrituras” a los escritos del Nuevo Testamento: “Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición“.

2° Pedro 3:15-16

Nuestra convicción suprema de que las palabras de la Biblia son palabras de Dios nace únicamente cuando el Espíritu Santo habla a nuestro corazón a través de las palabras de la Biblia y mediante ella. Solo aquellos en quienes el Espíritu está obrando reconocen que las palabras de la Biblia son palabras de Dios (Juan 10:27).

La Biblia es históricamente precisa y menciona numerosas referencias históricas. Es congruente en la historia y en sus doctrinas, y se pueden encontrar profecías cumplidas. Es el conjunto de libros antiguos, literarios e históricos que más ha influido en la historia humana.

Los predicadores más destacados de la Iglesia han reconocido que no tienen ninguna autoridad en sí mismos, y han descubierto que su tarea consiste en explicar las palabras de la Biblia y aplicarlas a la vida de sus lectores.

Dios no puede mentir ni hablar falsedades. Por lo tanto, es necesario considerar la veracidad de la Biblia. Si pensamos que alguna parte de ella no es verdadera, no podríamos creer, obedecer ni amar a Dios.

Tito 1:2 y Hebreos 6:18 afirman que ¡Dios no miente!

Todas las palabras de la Biblia son completamente verdaderas y sin errores. Dado que todas las palabras de la Biblia son Palabra de Dios y que Dios no puede mentir ni hablar falsedades, podemos concluir correctamente que no hay falsedad ni error en ninguna parte de las palabras de la Biblia (Salmos 12:6, Proverbios 30:5, Salmos 119:89, Mt. 24:35).

Las palabras de Dios son la norma suprema de verdad. En Juan 17:17, Jesús dice: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad“. Jesús utiliza un sustantivo, “verdad“, y no el adjetivo “verdadero“. Esto significa que la Palabra de Dios es verdad en sí misma. No hay verdad mayor que la verdad de la Palabra de Dios.

B. La inerrancia de la Biblia

La inerrancia significa que la Biblia, en los manuscritos originales, no puede afirmar nada que sea contrario a la realidad. La Biblia siempre dice la verdad respecto a todo lo que se considera en ella. Esto no implica que la Biblia nos revele todo lo que se puede conocer sobre cualquier tema, pero sí afirma que lo que se dice sobre cualquier tema es verdad.

Algunas personas argumentan que existen errores claros en la Biblia. Sin embargo, al encontrarnos con este tipo de argumentos, debemos preguntarnos en qué versículo o versos se encuentran estos errores. Posiblemente, al leer de manera superficial las Escrituras, podamos percibir ciertos “errores” o “incongruencias“, pero nada que un análisis más profundo y una correcta observación del lenguaje y la gramática no puedan ayudarnos a resolver.

Es importante recordar que siempre podemos recurrir a otras fuentes, citas, comentarios bíblicos y libros sobre el tema en cuestión para ayudarnos a obtener una mejor comprensión.

Si negamos la inerrancia:
a. Nos enfrentamos a un serio problema moral, ya que ¿podríamos imitar a Dios y mentir intencionalmente? (Efesios 5:1).
b. Nos preguntaríamos si realmente podemos confiar en Dios y en todo lo que dice.

c. Hacemos de nuestra propia mente humana una norma de verdad más elevada que la misma Palabra de Dios.

d. También tendríamos que afirmar que la Biblia se equivoca en sus doctrinas.


Espero que este articulo te sirva tanto como a nuestros alumnos, déjanos comentarios y platica que piensas.

Saludos,

Sergio T.

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